Es posible reeducar nuestro paladar y disfrutar de más salud. Uno de cada cinco norteamericanos sufre de hipertensión arterial. Cuando el problema no se atiende, existe un creciente riesgo de enfermar del corazón, de sufrir ataques y contraer enfermedades de los riñones. Contrariamente a la creencia popular, la alta presión sanguínea no presenta síntomas en su comienzo. Por eso a menudo se la llama "la asesina silenciosa".

Ahora se sabe que el exceso de ingestión de sal es un factor importante en las causas que llevan a la hipertensión. En comunidades donde el promedio de consumo diario por persona es de cuatro gramos (alrededor de dos cucharaditas de té), hay menos casos de elevada presión sanguínea. El promedio de consumo de los norteamericanos es de doce gramos (más o menos seis cucharaditas), lo cual está muy por encima de la cantidad óptima. La necesidad de sal que tiene nuestro cuerpo puede suplirse con dos gramos de sal (una cucharadita de té). Debemos recordar que el alimento en su forma natural ya trae algo de sal. Para que las funciones del cuerpo sean óptimas en este sentido, es necesario añadir sólo una pequeña cantidad de sal al preparar los alimentos. Por último, muchas veces añadimos "sal escondida" en forma de condimentos. Nos hemos acostumbrado a ingerir exceso de sal por el hábito de sazonar mucho nuestros alimentos. Es posible reeducar nuestro paladar y disfrutar la comida con menos sal. Revista Adventista, Agosto.1983
Esto nos muestra que la ciencia confirma lo que el Espíritu de profecía ha dicho con años de anterioridad. La Sra. Elena G. de White escribió en 1901 y 1905 en contra de eliminar por completo el uso diario de la sal, pero sí dijo "evítese el uso de mucha sal" (Ministerio de Curación, p.235) En su carta Nº 37 de 1901 escribió: "Yo uso un poco de sal, y siempre lo hago, porque por la luz que Dios me ha dado, sé que este artículo en lugar de ser deletéreo, es en realidad esencial para la sangre. No conozco cual es la razón de este asunto, pero le doy la instrucción como me ha sido dada"(Consejos sobre el Régimen Alimenticio, p. 410, Nº 572)

En la Revista Adventista (Review & Herald) del 06 de Noviembre de 1883, la misma escritora expresó : "Los alimentos deben prepararse de una manera tan sencilla como sea posible, libres de condimentos y especias, y aun de una cantidad indebida de sal" (Consejos sobre el Régimen Alimenticio, p. 404, Nº 558). La ciencia recién en 1956 hizo el descubrimiento de que mucha sal aumenta la presión sanguínea y en 1964 los científicos hacen la advertencia de dar alimentos con mucha sal a los bebés
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Normas para el adulto hipertenso:
1. Vigilar la tensión arterial periódicamente
2. Ir al médico y cumplir sus prescripciones
3. Evitar la sal, aboliendo el salero de la mesa y poniendo menos sal en la olla.
4. Evitar los productos enlatados
5. Comer fruta fresca, verduras, leche y sus derivados
6. Reducir las grasas de origen animal
7. Caminar todos los días, según la capacidad de cada uno
8. Si es posible, hacer deporte moderado
9. No aumentar de peso, o si es obeso, adelgazar
10. Convivir con los amigos y la familia 11. Interesarse por una actividad que lo estimule.
Extraido de Vida Feliz, Enero.1999