I Reyes. 17: 14-16
Estaba leyendo I de Reyes capítulo 17, cuando Dios ordena al profeta Elías que vaya a Sarepta de Sidón porque una viuda lo iba a sustentar, y me llamaron fuertemente la atención los versos 14 al 16, por los siguientes aspectos, los mismos que en esta ocasión paso a compartirlos con ustedes, apreciados lectores.

Sucede que en aquella época no había llovido por muchos días sobre la tierra, por tanto, no había cosecha alimentaria. La sequía había sido larga, tres años y seis meses. Es en esta situación que Dios le ordena al profeta Elías que vaya a Sarepta de Sidón porque Él, allá ha ordenado a una viuda pobre que lo sustente.

Lo interesante de este capítulo es la obediencia de Elías al ir a aquel lugar; y también, la obediencia de la viuda al acceder a tener en su casa al profeta. Y es aquí, donde Dios prueba la fe de ambos y les muestra cómo de lo poco, Él, con su poder absoluto, puede sustentar a sus hijos por mucho tiempo.

Notemos que Dios usó dos ingredientes para alimentarlos: la harina y el aceite. Incluso, estos dos alimentos, la viuda no los almacenaba en grandes cantidades, porque en el versículo 14 nos habla de dos utensilios para guardarlos, los mismos que no eran grandes: una tinaja y una vasija.

Estimados lectores, cuando Dios provee para sus hijos y satisface sus necesidades humanas básicas, no lo hace a partir de grandes cantidades; pues, es aquí, donde Él quiere mostrarnos todo su gran poder, favoreciéndonos.
Es decir, mostrándonos que lo que aparentemente es poco para el hombre, Dios lo puede multiplicar hasta que sobreabunde, y es aquí donde podemos ver la mano milagrosa y bendita de nuestro Salvador.

Por último, debemos tomar en cuenta otro detalle muy importante de este capítulo, y es que en los tiempos de crisis es cuando nuestro Señor nos pide que sustentemos a los que necesitan de nosotros.

Hagamos como la viuda que con sólo una pequeña tinaja de harina, y una pequeña vasija de aceite, depositó su fe y confianza en el Dios que todo lo puede, y decidió alimentar una boca más, sabiendo que Él no la desampararía, por el contrario, le proveería de todo lo necesario para el sustento de todos (Elías, la viuda y su hijo), hasta que terminara la época de crisis.

Estimados lectores, actualmente vivimos en un tiempo de crisis económica. Aprovechemos esta época difícil para ayudar y sustentar a los que lo necesitan, y a aquellos a los que Dios pone en nuestro camino. Dejemos que el Dios de los imposibles se encargue de mantener llena la tinaja de harina y la vasija de aceite, las mismas que sin duda alguna, y lo afirmo con mi propia experiencia, que no se acabarán, servirán para muchos días, hasta que Dios decida que el tiempo de la crisis ha terminado.
"Y la harina de la tinaja no escaseó,
ni el aceite de la vasija menguó,
conforme a la Palabra que
Jehová había dicho por Elías"
(I de Reyes 17:16)
¡Dios lo bendiga!