Decir "me caso" es fácil, pero aprender a ser pareja es lo difícil. A la larga, el matrimonio es algo más que la unión de dos personas para formar una familia, y es cuando ese contrato indisoluble basado en el amor, el respeto, la confianza y la fidelidad, requiere de un trabajo muy arduo por ambas partes para poder conservarlo para siempre. Aquí les damos algunos tips para mantener su matrimonio siempre feliz.
1. Piensen positivo. Y rodéense de gente igualmente optimista y de muy buena
vibra. No se trata de ser simplones o siempre tener la sonrisa, sino de verle la mejor cara a todo lo que vivan.

2. Demuestren su amor. Díganse cosas lindas por lo menos una vez al día. El hacer evidente su cariño los unirá más y reforzará su relación. Tengan detalles el uno con el otro, que no siempre tiene que ser algo material.

3. Aprendan de sus errores. Si uno se equivoca y lo sabe, debe aceptarlo y tratar de remediarlo. Y como pareja que son deben hablar de sus fallos, compartir responsabilidades sobre los mismos y corregirlos, siempre apoyándose mutuamente.

4. Aprendan a ser amigos. Los amigos están ahí para lo bueno y para lo malo, para apoyarse en los momentos dulces de la vida, y más aún en las grandes tragedias; pero también se dicen sus verdades porque confían plenamente en su criterio, y sin necesidad de fingir ser lo que no son, o de inventarse personalidades atractivas y populares, ya que se muestran tal como son. Y es precisamente eso lo que debe ocurrir: deben ser ustedes mismos siempre y aceptarse tal como son, estar abiertos a los comentarios del otro sin malos entendidos, sin irse por otro lado, y sobre todo decirse las cosas franca y
abiertamente.

5. No idealicen, sean realistas. En esto hablamos no sólo de la parte física: "es guapísimo, no está gorda sino rellenita, es perfecta, es el mejor", son frases muy lindas pero que no siempre son ciertas. Es mejor conocer los defectos de nuestra pareja y aceptarlos, que evitarlos, negarlos o disimularlos. Aunque cuando hagan ver al otro algún defecto, díganlo con ternura y cariño, acepten los defectos que tengan arreglo y hagan algo por
superarlos.

6. Controlen sus nervios. Sí, sabemos que te tenía con el Jesús en la boca por no haberte hablado a la hora convenida, o que las broncas en tu trabajo te tienen tensísimo, pero no vale salirse de control hasta ser intolerante con tu pareja. El mejor ingrediente para un matrimonio feliz es la PACIENCIA.

7. Jamás se griten o se falten al respeto. Piensen que el daño que pueden ocasionarle a su relación con una discusión fuera de control, es peor a lo que les quita alejarse del lugar del enfrentamiento, calmarse y después hablar más serenamente sin gritar o lastimar, y siempre analizando la situación que los llevó a explotar.

8. Aprendan a ceder. Y no se trata de ser sumisos o ponerse de tapete ante el otro. Simplemente hay veces que en alguien debe caber la cordura, y qué mejor que seas tú quien calme la tormenta y explique abiertamente sus sentimientos hasta llegar a un acuerdo.

9. Crezcan juntos. Piensa que si a él le va bien en la vida, tú estarás a su lado para compartir lo bueno, y viceversa. Por ello deben apoyarse en todo, motivar la superación del otro y compartir logros y triunfos.

10. Pidan perdón. No hay nada peor que quedarse con un resentimiento, así es que si es necesario, aprendan a ofrecer una disculpa a tiempo.

11. Sean justos. En cuanto a dinero, bienes materiales y sentimientos. Aquí no es superior el que más tiene o el que da más, la cosa es pareja y como tal deben actuar siempre.

12. Sean creativos. No caigan en la rutina, busquen cosas nuevas, invéntense situaciones, viajen juntos, hagan travesuras juntos, etc. Y en el aspecto sexual no se limiten, y mientras ambos estén de acuerdo, jueguen, sean conscientes de las necesidades de su cónyuge y fantaseen lo que quieran.

13. Hablen siempre con la verdad. La comunicación es básica, y siendo honestos y abiertos, todo lo que piensan fluirá libremente.

14. Olviden el pasado. Es muy común que al discutir, aunque sea por pequeñeces, broten cosas del pasado que a lo mejor ni vienen al caso pero que sirven como dardos para darle donde más le duele al otro. Sin embargo, si analizan bien las cosas, lo único que están haciendo es dañarse a si mismos, y maltratar esa relación con dudas y fantasmas que ustedes misma se inventan. Maduren ambos, y por favor, borren por completo lo que fue; recuerden ese dicho de "lo que no fue en tu año, no fue tu daño" y mejor vean a futuro y luchen por hacerlo perfecto.

15. Nunca se vayan a dormir con un problema sin resolver. No se lleven a la cama resentimientos que sólo arruinan su relación. Platiquen, arreglen sus cosas, digan todo lo que sienten, y hasta que ambos queden conformes, cierren el capítulo y ¡a dormir!