PREGUNTA

"Asisto a la iglesia desde la infancia y siempre intenté servir al Señor de la mejor manera posible. Al llegar a la pubertad, decidí que solamente iba a tener un noviazgo cuando tuviera intenciones de casamiento; por ende, los típicos noviazgos furtivos adolescentes no iban a tener cabida en mi vida. Así que mientras mis amigas (incluidas las de la iglesia), iban teniendo un noviecito tras otro, yo me mantenía en el más absoluto celibato. Me sentía rara, pero al mismo tiempo muy satisfecha: creía que había tomado una decisión muy sabia.
Los años pasaron, y cuando ya estaba terminando mis estudios superiores, decidí que era hora de empezar a buscar un compañero. Sin embargo, allí me choqué con la realidad: Mi falta de experiencia con el sexo opuesto me convirtió en una joven sumamente tímida y torpe con los varones, siempre avasallada por otras chicas con más experiencia en ese terreno

Soy una profesional independiente de 27 años (algunos podrán decir que soy una mujer exitosa); no estoy desesperada por casarme, pero me siento profundamente avergonzada de no haber tenido nunca novio. A veces creo que soy demasiado grande como para amar por primera vez, y que nadie se va a fijar en una chica tan inexperta como yo: por más que intento, a los jóvenes sólo me sale tratarlos como hermanos, y por consiguiente, ellos me tratan de la misma manera.

¿Será que tomé una decisión equivocada?"

RESPUESTA

Apreciada amiga:
Uno de los problemas que enfrentamos en algunos grupos religiosos más conservadores es poner reglas respecto a algunos temas, pero no enseñar a manejar algunas situaciones que son normales.

En muchas congregaciones se enseña que los jóvenes deben cuidarse para la elección del compañero o compañera de la vida… Eso es verdad, hay que tener cuidado para no caer en actitudes de promiscuidad emocional o física y entorpecer el desarrollo de la vida. No obstante, una cosa es decirle a los jóvenes y adolescentes: ¡Cuídate!, y otra muy distinta, no enseñarles ni darles herramientas adecuadas para desarrollar esta etapa tan importante.

Lo normal del amor

Es normal que las personas llegando a un determinado momento de su vida se interesen por chicos o chicas. En algunas congregaciones se comete el error de criticar a los jóvenes o adolescentes que se enamoran, cuando ese no es el camino, sino el de la dirección y la orientación.

Adolescente que no se enamora, puede estar evidenciando algún problema.

Es sintomático que en tu carta no hables de tus padres ni de tu familia, ese podría, eventualmente ser un elemento a tomar en cuenta.

También, es sintomático que siendo púber tomaras una decisión tan drástica.

Sin tener antecedentes tuyos, eso puede ser evidencia probable de:

  • Ser parte de un hogar con conflictos maritales. 
  • Ser hija de un padre emocionalmente ausente. 
  • Ser hija de una madre ausente. 
  • Ser hija única. 
  • Ser la menor de tus hermanos. 
  • Ser parte de una familia religiosa con tendencias legalistas. 
  • Haber sufrido algún conflicto o trauma en la niñez o la pubertad.
Hay muchos elementos, no puedo dar una respuesta certera sino probable por no conocer los antecedentes tuyos.

El amor es algo normal. Es extraño que no te hayas interesado por algún chico y que eso no te haya removido el piso. Llegar a los 27 años sin tener algún interés real por alguien del sexo opuesto no es normal. En algún sentido, tu rigidez en la decisión que tomaste te ha llevado o a sublimar (por el estudio o desarrollo profesional) o a negar lo que vivías.

El aprendizaje del amor

A amar se aprende, pero no necesariamente teniendo novios o novias a destajo, sino por medio de:
  • El aprendizaje emocional que entregan desde el hogar. 
  • La relación afectiva con padres y familiares. 
  • La amistad profunda con personas de ambos sexos.
Me preocupa que en tu email hables de “inexperiencia en el trato con los varones”… Una persona que llega a los 27 años no puede tener inexperiencia en el trato con los varones, a lo más, tener experiencias negativas, ausencia afectiva o nula amistad.

Aprender a amar exige inteligencia emocional y ésta se desarrolla a lo largo de la vida de diversas formas, en este y todos los casos, las experiencias familiares y/o tempranas son condicionantes para lo que viviremos posteriormente.

La timidez

En tu pregunta hablas de la timidez como un problema y lo es, cuando no está bien manejada. Tengo dudas si la “timidez” que evidencias en realidad es miedo o temor al rechazo. Vamos por parte.

A ser tímido se aprende. Una persona tímida de algún modo evidencia que tiene algún conflicto en las relaciones interpersonales que puede haber sido gatillado por:

·    Dificultades en el desarrollo de habilidades (no tener las mismas cualidades de su grupo de pares o hermanos).
  • Acoso escolar a bulling. 
  • Maltrato de parte de adultos responsables. 
  • Trauma de algún tipo especialmente violencia (del tipo que sea). 
  • Medio ambiente familiar rígido, legalista o autoritario. 
  • Educación escolar autoritaria con rasgos descalificatorios o de autoritarismo.
No hay una sola causa para la timidez, pero en todos los casos, es una conducta aprendida y como tal se puede desaprender. Sin embargo, necesitas la ayuda de un profesional competente para que te ayude a descubrir la causa y te guíe en lo que debes hacer, una psicóloga, un educador especializado o un orientador experto en counseling.

Miedo al rechazo

El elemento que más colabora para que una persona de 27 años tenga dificultad para encontrar un compañero o compañera para la vida es el temor al rechazo.

Desarrollan, una gran mayoría, un miedo patológico a vincularse afectivamente y terminar siendo heridos.

En eso también necesitas orientación para aprender a manejar tus miedos. Sin embargo, tienes que saber que cualquier relación es sin garantías. Siempre puedes ser herida, es inevitable, la madurez implica aprender a vivir con las cicatrices, no estar lamiéndolas el resto de la vida.

Además, no tienes por qué sentirte “sumamente avergonzada”, no hay nada por lo que debas tener vergüenza. Si necesitas ponerte manos a la obra para buscar soluciones, una de ellas es buscar a un consejero o psicóloga en tu misma ciudad para que te de herramientas para aprender a lidiar con tus miedos.

Mañas aprendidas o exigencias desmedidas

Otro factor que colabora para encontrar pareja a los 27 años es que a esa edad ya se ha configurado la personalidad, y quien pretende encontrar pareja a esa edad tiene que aprender a lidiar con sus propios hábitos y mañas. Muchas personas, que no son flexibles (y me temo que tú no lo seas), suelen por lo mismo ser sumamente exigentes, pero nadie es perfecto, todos tenemos aspectos que mejorar.

No vas a encontrar a un compañero perfecto, por lo tanto, debes buscar a alguien que esté dispuesto a aprender.

No es experiencia con varones que necesitas, sino pedir ayuda para reencontrarte con tus miedos, temores, conflictos y asuntos no arreglados, eso va a ayudar para que no estés ansiosa, no seas aprehensiva y puedas actuar con naturalidad con personas del sexo opuesto, de esa forma podrás encontrar a alguien.

Lee mi libro El amor no se mendiga, para que tengas herramientas para interactuar. Consulta a un especialista con el cual puedas dialogar cara a cara y teniendo todos los antecedentes a mano.

Creo en la dirección divina, por lo tanto, pídele a Dios sabiduría para que te guíe en las decisiones que tienes que tomar. No le pidas marido… porque esa no es tarea divina, pero si el darte discernimiento, voluntad, fortaleza y dirección.

Elegir pareja es lo suficientemente importante como para ponerse a trabajar con denuedo para hacer las cosas bien, de tal modo que no debas lamentar o convertirte en la tía eterna, que no es grato a la larga.

Espero que algún día me invites a comer torta…. de bodas.


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