"Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino" (Salmo 119:105).

La Biblia contiene la mente de Dios, el estado del hombre, el camino de salvación, la condenación de los pecadores y la felicidad de los creyentes. Sus doctrinas son santas, sus preceptos son comprometidos, sus historias son verdaderas, y sus decisiones son inmutables. Léela para ser sabio, créela para ser salvo y practícala para ser santo. Contiene luz para guiarte, aliento para sostenerte y consuelo para alentarte.

Es el mapa del viajero, el cayado del peregrino, la brújula del piloto, la espada del soldado, y el itinerario del cristiano. Aquí se restablece el Paraíso, y las puertas del infierno son desmanteladas.

Jesucristo es su gran tema, nuestro bien su diseño, y la gloria de Dios su finalidad.

Debe llenar la memoria, gobernar el corazón y guiar los pies. Léela cuidadosamente, frecuentemente y en oración. Es una mina de riqueza, un paraíso de gloria y un río de placer. Es dada para ti en vida, será abierta en el juicio, y recordada para siempre. Ella encierra la responsabilidad más alta, recompensará la labor más grande, y condenará a todos los que menospreciaron su contenido sagrado.

"Escudriñad las Escrituras..." (Juan 5:39). No deje que su Biblia permanezca "nueva" todo el tiempo. "Estúdiela de tal manera que ella sienta el toque y el uso de sus manos".

¡Que el Señor Jesús les bendiga rica y abundantemente!