¡Salud, dinero y amor! Tres simples palabras… y sin embargo… ¡Cuánto significado! Son la expresión de los tres anhelos extremos de la humanidad. Y el de mayor significado de los tres, pese a la atracción que puedan ejercer los otros, es el anhelo de salud. He ahí la mayor búsqueda del ser humano ¡Salud! ¡Salud física y espiritual!

Mas hemos de reconocer que pese a la vehemencia con que se desea e inclusive el esfuerzo con que se le busca, es una realidad ausente para multitudes de personas en este mundo. Y más aún que por las enfermedades, la humanidad está aquejada por los problemas emocionales, de entre los cuales mencionaremos uno en forma especial: la tensión nerviosa.

¿Por qué la tensión nerviosa se ha convertido en un mal mundial? La salud y el bienestar, ¿no son acaso derechos humanos, según lo reconocen todas las legislaciones políticas? Basta para comprobarlo notar que toda nación tiene un Ministerio de Salud y/o Bienestar. Por otra parte ¿no es también un deseo divino, que los seres humanos gocen de salud? Tal es lo que expresan las Sagradas Escrituras: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como tu alma está en prosperidad”.

¿Por qué entonces hay tantas personas que viven inseguros, temerosos, angustiados, en una palabra, tensos? Las respuestas pueden ser muchas y las causas aparentemente diversa, pero en definitiva, la razón es una: “No se vive de acuerdo con los principios de la naturaleza; no se respetan las normas sociales, ni se acatan las leyes divinas”. Estos elementos, principios naturales, normas sociales y leyes divinas constituyen una unidad indivisible, de tal manera que se pueden separar en su accionar, así como es imposible la división de los tres aspectos básicos del ser humano: biológico, psíquico, trascendente.
Pero más que el problema, consideremos la solución. ¿Hay remedio para la tensión nerviosa? Sí lo hay. Veamos.

Dada nuestra constitución humana, bío-psico-trascendente, y que la tensión afecta a cada uno de estos aspectos, la solución debe abarcarlos también en forma integrada.
Aspectos biológicos: La agitación de la vida moderna, con sus “filas” en espera de vehículos de transporte público, o “congestionamiento” si se va en automóvil propio, la esclavitud del horario, el bullicio del trajinar callejero, en muchos casos el trepidar de las máquinas en los lugares de trabajo, la radio, la televisión, la música estridente… consumen la energía física, congestionan la circulación sanguínea, deprimen psicológicamente, producen nerviosismo. ¿Resultado? ¡Tensión! ¿Cómo enfrentarla y superarla?
1.Haciendo uso sabio de lo que se ha dado en llamar la “trilogía natural”: aire, agua y sol. Estos elementos, constituyentes indispensables de la vida humana, el Supremo Creador los ha prodigado abundantemente en la naturaleza y espera que los usemos sabiamente. Por ello debemos cultivar el hábito de respirar en forma profunda, diafragmal, ventilando los pulmones y oxigenando la sangre, lo cual produce sosiego y aplaca el nerviosismo… Por factor espacio es necesario que sigamos platicando de este tema en el siguiente artículo