Si hablamos de frutas tropicales, talvez la piña sea la fruta más representativa. Su origen está en Sudamérica, concretamente en Brasil aunque ahora su cultivo y consumo se ha extendido a todo el mundo. Hasta el año 2000, la comercialización mundial de piña fue de un 51% de un total de 2.1 millones de toneladas de fruta en general.
La piña es una fruta muy jugosa, la parte comestible contiene entre 81% y 86% de agua y el porcentaje restante son sustancias sólidas, de las cuales alrededor de 85% representan carbohidratos simples en forma de sacarosa, glucosa y fructosa.
También contiene alrededor de 3% de fibra, de tal manera que es una fruta que contribuye a la prevención del estreñimiento y fortalecimiento de la flora intestinal. No contiene grasa pero si compuestos proteicos como la Bromelina, es un compuesto con capacidad enzimática que hidroliza las proteínas, es decir ayuda a que las proteínas se rompan o se digieran.
Si tienes una pieza de carne y deseas suavizarla, puedes cubrirla con una capa de piña por unos 15 minutos o más. De la misma forma en nuestra digestión, teniendo como primer plato la ensalada, es bueno incluir trozos de piña para facilitar la digestión de las proteínas del plato de segundo.
En cuanto al sabor dulce es producto de los azucares simples y el aroma característico se debe a los ácidos orgánicos como el ácido cítrico. Es una buena fuente de vitamina C, importante para la formación de colágeno, huesos, dientes, glóbulos rojos, favorece la absorción de hierro en los alimentos y mejora la resistencia a las infecciones.
Destaca también su contenido de yodo y potasio, este último importante para la contracción muscular, impulso nervioso y equilibrio de agua dentro y fuera de la célula, mientras que el yodo es necesario para el buen funcionamiento de la glándula tiroidea que regula el metabolismo.
De acuerdo a algunos estudios a la piña se le atribuye propiedades medicinales entre ellas la capacidad de ser antiparasitario y desintoxicante. Favorece la actividad digestiva regulando la acidez del estómago, es un acelerador en la eliminación de toxinas y se cree que su consumo beneficia a los pacientes con artritis reumatoide.
Es conocida la capacidad diurética de la piña, pues ayuda a eliminar sustancias de desecho a través de la orina, pudiendo ser recomendada en personas con afecciones del riñón,  vejiga y próstata. Podría reducir el apetito y por su composición nutricional resulta ser adecuado para personas con problemas de hipertensión arterial.
Se cree que puede ayudar a combatir fiebres, afecciones de garganta, dolores e inflamaciones de la boca y de hemorroides. El agua de cáscara de piña mantiene la propiedad depurativa en la sangre y alivia inflamaciones.
(Por: Licenciada Sara Abu Sabbah - nutricionista)