Analizar los aspectos sobresalientes de la vida espiritual del cristiano y experiencia de la Salvación será una de la forma de brindar ayuda espiritual por este medio, lamentablemente ésta es la coyuntura difícil para muchos cristianos ya que muchos pensamos ser salvos sin tener vida espiritual. La salvación la recibimos de un Dios justo. Él nos provee su justicia mediante la muerte vicaria y sustitutiva de Jesús sobre la cruz como expiación por nuestros pecados y por los de todo el mundo. Este hecho es absolutamente esencial en la vida cristiana: sin él nadie puede recibir la salvación. Nunca se debe disminuir el valor de este precioso don. Tampoco se debe abusar de este don convirtiéndolo en una licencia para pecar (“solo tienes que volver al pozo vez tras vez”)
En los días del Apóstol Pablo había quienes comprendían mal y usaban equivocadamente lo que Cristo llevo a cabo en la cruz, de tal manera que distorsionaban su verdadera función en la vida cristiana. Tristemente sucede lo mismo en la actualidad. En la epístola a los Romanos Pablo declara enfáticamente que jamás deberíamos usar el maravilloso don divino de la salvación como excusa para quebrantar la Ley y sobreabundar el pecado. Bien podríamos llamar el “partido de la justificación” a los que se apoyan el uso distorsionado de la cruz, por causa del énfasis que le dan a este aspecto de la salvación.
Otros yerran por colocar el énfasis excesivo en el otro aspecto de la vida cristiana: la santificación. De aquí que también tengamos el “partido de la santificación”. Este grupo tiene a transformar la vida cristiana en una cuestión de conducta, mediante cada cual se esfuerza por merecer la aprobación divina.
Existe un posición verdadera y equilibrada de la cruz y de la obra que se cumplió en ella; lamentablemente existe un desequilibrio fatal dentro de la Iglesia Adventista y lo ha existido a través de todos los tiempos; unos piensan que en la cruz termino todo el plan de salvación cuando en realidad recién empezó, algunos piensan que solo en creer que Jesús murió por nuestros pecados nosotros estamos libre de todo pecado y que lo hagamos no tiene mas poder sobre nuestra salvación, por otro lado mucho han seguido las filas del legalismo haciendo de esta forma una Iglesia militante en vez de una iglesia triunfante, en donde tenemos que hacer lo posible para tener segura nuestra salvación. No podemos darnos el lujo de andar de un camino al otro, debemos buscar un equilibrio y la Biblia por si sola nos indica el mismísimo equilibrio que necesitamos tan desesperadamente. Dicho equilibrio se encuentra en el libro de Levítico y en el sistema de sacrificios mediante el cual recibían salvación los antiguos Israelitas. La justificación y la santificación armonizan perfectamente en el santuario y su servicio. Dios les indico a los israelitas que llevaran una vida santa en base al don de pura gracia que había provisto para ellos en el sistema se sacrificios. De este modo la justificación se constituía en la razón de ser de la santificación.
En los últimos capitulo del libro de Romanos aplica esta enseñanza a la practica de la vida cristiana. La epístola de los hebreos utiliza el mismo enfoque al presentar a Jesús como nuestro Sumo Sacerdote en el Santuario Celestial y al concluir con una explicación del modo en que nuestra fe en aquel Sumo Sacerdote se refleja en una valerosa vida espiritual cotidiana.
Equilibrio es lo que necesitamos y solo encontraremos equilibrios al estudiar el Santuario, los objetos que este contenía y el sistema de sacrificios que en éste se realizaba.