“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10).
 La Palabra de Dios es una fuente inagotable de promesas. En ella usted encuentra consuelo, seguridad y ánimo, creyendo siempre que hay un Dios creador y sustentador de toda la vida.  Yo era joven y estaba participando de un campamento con otros 80 jóvenes de la iglesia. En esa etapa de la vida, todo es maravilloso y encantador - acampar en medio del bosque es una de las experiencias más especiales que ya experimenté en mi vida. Cocinar y comer al aire libre, estar algunos días lejos de los padres, dormir en el frío y la humedad de la selva, conversar con los amigos, estar más cerca de la presencia de Dios en medio de la naturaleza; esas y otras, son las cosas que me encantan en un campamento.
Sin embargo, cierta vez, pasé por una experiencia donde mi fe fue probada. Una de las actividades del campamento era descubrir un sendero en medio de la selva. Hasta allí todo bien, sólo que la actividad tenía que ser realizada de noche. Entramos al sendero en fila india, y mientras andábamos, se escuchaba el ruido del bosque y la oscuridad del mato cerrado. Estaba tan oscuro que no podía ver a mi compañero que estaba frente a mí.
Hubo un momento que nos detuvimos en un descampado donde normalmente sirve para dar instrucciones de la caminata. Pero el guía estaba preocupado porque había visto una linterna diferente, algo como si alguien estuviera observando al grupo, y probablemente, estábamos corriendo peligro. Algunos muchachos valientes querían ir en busca de esa supuesta persona, las muchachas comenzaron a llorar, y yo estaba con mucho miedo. El guía del grupo hizo una oración, después acordamos caminar tomados de las manos para que nadie se pierda. Durante el regreso para las carpas, cantábamos himnos y recitábamos salmos sobre el cuidado y protección que Dios tiene por sus hijos.
A medida que la noche pasaba y el sol comenzaba a iluminar el cielo, nos sentimos más confiados y menos asustados. Ya pudimos ver mejor el camino y notar a las personas que estaban a nuestro frente. Cuando llegamos al campamento, hubo una reunión natural de todos nosotros, cantamos, leímos la Palabra de Dios y aprendimos la importancia de permanecer juntos, especialmente junto a Dios que es nuestro refugio y fortaleza.
Estimado Amigo en Cristo, viva hoy recordando las promesas del Señor: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10).
Tenga la seguridad de que Dios está con usted. Él es el creador y sustentador de su vida.
Tu amigo y Pastor Eder Rodriguez Soles  pueder escribirme tambien a eder.rodriguez@adventistas.ec


Visita nuestra sección de Descargas, obtendrás muchos
materiales totalmente gratuitos.