Por: Héctor A. Delgado
Pregunta: Podría explicarme el pasaje de Apocalipsis 13: 17 y si tiene alguna relación con el Microchip que se está promoviendo en al área de la salud en EE. UU.

Respuesta: La pregunta que usted hace es importante. Personalmente he tenido la oportunidad de explicar esta misma inquietud en varias iglesias donde he impartido últimamente seminarios sobre mi nuevo libro: Una Mirada al Futuro, como está revelado en Apocalipsis 12 y 13. Aunque en ese material no trato directamente el asunto del microchip, siempre me preguntan sobre él.
El texto bíblico.
Veamos el texto de Apocalipsis 13: 17: “Y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre” (VRV 60).
Por la forma en que esta versión de la Biblia traduce nuestro pasaje podemos entender el “nombre” y el “número” como cosas distintas, pero también la conjunción “o” puede significar una cosa o la otra, pero al mismo tiempo siendo lo mismo. Si consultamos algunas otras traducciones de la Biblia, encontraremos que no son tan uniformes al traducir el texto original (esto debe ser una de las primeras consultas que debemos hacer antes de tratar de interpretar un pasaje, lo que puede ayudarnos para ver si hemos elegido la mejor traducción). A continuación, presento el texto y su traducción en varias versiones de la Biblia (muy confiables por cierto).
BA: “Y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca: el nombre de la bestia o el número de su nombre”.
Castilian: “De esta forma nadie podría comprar ni vender, sino únicamente los que estuvieran marcados o llevaran escrito el nombre de la bestia, o su clave numérica”.
DHH: “Y nadie podía comprar ni vender, si no tenía la marca o el nombre del monstruo, o el número de su nombre”
NVI: “De modo que nadie pudiera comprar ni vender, a menos que llevara la marca, que es el nombre de la bestia o el número de ese nombre”.
BJ (Revisada y ampliada): “Y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que lleva la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre”.
RVA: “Y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca, es decir, el nombre de la bestia o su número”.
¿Cuál de estas versiones hace una mejor traducción? Eso debemos determinarlo yendo al texto original que nos proveen algunos comentarios exegéticos del NT. He aquí una traducción literal del texto (escribiré sin signos de puntuación porque así es que está el original): “Y que nadie pueda comprar o vender sino el que tenga la marca el nombre de la bestia o el número del nombre de ella”.[1]
Los signos de puntuación son puesto a discreción por los traductores, pero a partir de esto, puedo decir que las versiones de la Biblia que hicieron una mejor traducción del texto, son las siguientes: BA, NVI (la más clara) y RVA. Las otras proveen más una interpretación que unatraducción.
Casi todas las Biblias Reina-Valera siguen la traducción “la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre” (1959, 1960, 1990, 1995, 2000). La conjunción “o” que separa los términos “marca”, nombre” y “número” da la impresión de que se trata de tres cosas diferentes, pero en realidad, sino notamos bien el texto original y las traducciones BA, NVI y RVA, no es así. Leamos otra vez el texto: “Y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca: el nombre de la bestia o el número de su nombre”.
Como podemos ver, la marca de la bestia (que algunos identifican bastante bien), implica: “el nombre de la bestia o el número de su nombre”. Leamos otra vez: “sino el que tenga la marca: el nombre de la bestia o el número de su nombre”. La puntuación es correcta como revela la traducción literal que cité más arriba, donde se ve que después de la palabra “marca” hay como un vacío en el texto que demanda cierta puntuación, o que se haga un traducción que así lo exprese, como la hace la NVI (cito de nuevo): “a menos que llevara la marca, que es el nombre de la bestia o el número de ese nombre”.
El Comentario bíblico adventista (que es una herramienta de consulta obligatoria para todo investigador denominacional), en su nota sobre este verso del Apocalipsis, nos dice lo siguiente sobre la expresión “o el nombre”, en este texto: “La evidencia textual establece […] la omisión de la conjunción ‘o’. Si se omite, la frase ‘el nombre de la bestia’ estará en aposición con la palabra ‘marca’. El pasaje entonces podría decir: ‘la marca: el nombre de la bestia’ (BA). Esto significaría que la marca que vio Juan en visión era el nombre de la bestia”.
Deseo aclarar lo que significa la frase “evidencia textual”. Esta frase es usada por los expertos o eruditos para hacer referencia a la cantidad de ocasiones que una palabra o letra puede aparecer en los manuscritos bíblicos. Por ejemplo hay cierta cantidad de manuscritos que rezan “con tu sangre nos compraste” (Apoc. 5: 9), lo que da la impresión que todos los que cantan (los seres vivientes y los 24 ancianos) son seres humanos redimidos; pero los manuscritos clasificados como “mejores”, dicen: “con tu sangre has comprado”, lo que aclara la expresión. Cuando un estudioso hace referencia a esta situación, puede decir: “la evidencia textual” favorece la traducción “con tu sangre has comprado”. En  nuestro caso, debemos reconocer que la conjunción “o” aparece en un manuscrito, pero la “evidencia textual” favorece que se traduzca de otra manera. Si volvemos a leer el texto citado literalmente notaremos que la “o” aparece sólo una vez y no dos veces.
Por eso, concluimos que decir que en este texto tenemos tres cosas distintas (aunque digamos que están relacionadas), no es correcto, si vamos a aceptar lo que el texto nos dice. La marca, el nombre y el número son una y la misma cosa. Es una repetición o redundancia con palabras distintas para mayor claridad. Estamos aquí ante una aposición de palabras (aposición es una construcción de dos elementos gramaticales unidos, el segundo de los cuales especifica al primero); es decir, “el nombre” aclara lo que es  “la marca”.[2] Por consiguiente, repetimos: El texto no autoriza una desfragmentación o significados diversos para cada palabra, sino que cada palabra apunta a lo mismo, cada término aclara el concepto de lo que implica o significa “la marca de la bestia”.
Otra cosa muy importante, el texto original no dice “el número de hombre”, o el “del hombre” como expresan algunas versiones, sino “porque número de hombre es”. Lo que implica que la bestia es una entidad humana que se ha erigido en rebelión contra Dios. Por eso, cuando algunos sostiene que el número 666 es la WWW (usado en la Internet), me pregunto: ¿Creó el sistema político-religioso denominado la bestia, la Internet? Porque el 666 es el número, es decir, el nombre o la marca de la bestia. Cuando el verso 18 deja fuera el término “marca” pero usa “número” y “nombre” no está apartándose de la idea del verso 17, sino que sigue hablado de lo mismo. Notemos que Apoc. 16: 2 no menciona en absoluto el “nombre” o  el “número”, pero sí dice “la marca” (y aquí habla de la plaga que cae sobre los que tienen la marca de la bestia, pero es curioso que no dice que una plaga cae sobre los que tienen el “nombre” o el “número”, lo que implica que el término “marca” lo incluye todo). En Apoc. 15: 2 se usan las expresiones completas, y es evidente que se refiere a lo mismo. De igual manera, cuando leemos Apoc. 20: 4, notamos que no se menciona el “nombre” o el “número”, sino que solamente se dice: “no recibieron la marca en su frente”. Como podemos observar, la palabra “marca” por sí sola implica todo, pero nunca encontramos que el “nombre” o el “número” aparezcan solos para expresar lo mismo. Lo más cerca que encontramos algo parecido es en Apoc. 13: 18, pero aparecen unidos ambos términos.
Notemos también que no es el número ni el nombre lo que va en la frente o la mano, sino la marca misma. ¿Han pensado algunos lo que significa marcar a una persona con un falso día de reposo en la frente o la mano? Esto es lo que el texto dice realmente. Pero la forma en que EE. UU. logrará controlar la compra y venta (el comercio), no lo dice el texto, pero evidentemente (y es muy probable), la tecnología actual servirá para lograr ese propósito.
Pero recordemos algo, por causa de nuestra lealtad a la Ley de Dios no habrá espacio ni lugar para nosotros en el sistema de gobierno que se establecerá en el fin de la historia, y por eso seremos insolventes. Aun logremos trabajar y producir, nos será imposible comprar, y por consiguiente, no podremos negociar. Es en esa dirección por donde me parece que va el texto bíblico. Ir más allá de lo que el texto nos dice, nos entra de lleno en el terreno de la especulación. Y eso es muy peligroso.
Antes de concluir me gustaría hacer algunas observaciones sobre el término “nombre” como se usa en Apocalipsis. Los adventistas han interpretado históricamente la marca de la bestia a partir de su contraste con la señal de Dios, que implica su día de reposo. Conocer qué es el sello de Dios nos ayudó a entender fácilmente qué es el sello de la bestia. Esto sigue un procedimiento de interpretación válido: debemos movernos de lo sencillo y claro a los más difícil y oscuro. Y hasta donde puedo entender el texto apocalíptico, el nombre de la bestia debe ser entendido a partir de lo que significa el “nombre de Dios” en el Apocalipsis. En el capítulo 3 Juan nos dice que Dios ha prometido que los vencedores recibirán el “nombre nuevo” de Cristo y “el nombre de mi Dios” en sus frentes (v. 12). Esto naturalmente significa que el carácter de Dios y la santidad de la Nueva Jerusalén estarán en ellos por la eternidad. Así mismo, Apoc. 7 habla del sellamiento del pueblo de Dios en su frente (vv. 3, 4); y, al compararlo con Apoc. 14: 1, descubrimos que el sello es lo mismo que “el nombre del Cordero y el Padre”, es decir, el carácter de Dios. Este Nombre-carácter es el que blasfema la bestia (Apoc. 13: 6), y es ese carácter el que vindican los santos (Apoc. 14: 6-12). Pero así como el nombre-carácter de Dios aparece claramente en Apocalipsis, así aparece el nombre de la bestia-prostituta en las mismas profecías (Apoc. 13: 18; 17: 5). De manera que el nombre de Dios y su significado, nos dice por contraste qué es el nombre de la bestia: su carácter rebelde, igual que el carácter del dragón a quien imita en su accionar y hablar (Apoc. 13: 4-8). Apoc. 13: 17-18 nos dice claramente que el “nombre” (el carácter rebelde) de la bestia, es lo mismo que el número, y que el número, “número de hombre es” (lit.). Es decir, apunta a la humanidad de la institución bestial o anticristo, en oposición a la Deidad y su pueblo, que aunque está en la tierra, tiene allí su ciudadanía. Desde mi punto de vista, ira más allá de esto es entrar en el terreno de laespeculación.
Referencias:
[1] Pérez Millos, Samuel, Th.M. Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento, Apocalipsis (España: Editorial CLIE, 2010), pág. 838.
[2] Sigo las ideas de Robertson, A.T. en Comentario al texto griego del Nuevo Testamento, obra completa (17 tomos en 1), (España: Editorial CLIE, 2003, págs. 748, 749.

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